miércoles, 30 de septiembre de 2009

El crucifijo

El crucifijo

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona

TARAZONA, sábado, 12 septiembre 2009 (
ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha escrito monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, con el título "El crucifijo".

Cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestros niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
El 14 de septiembre celebra la Iglesia la fiesta de la santa Cruz. "La señal del cristiano es la santa Cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo para redimir a todos los hombres", dice el catecismo de la Iglesia. La cruz inicia y corona todas las obras cristianas, la cruz corona nuestros templos, preside nuestra mesa de estudio, la llevamos colgada en el pecho. Al entrar en un templo, cuando vemos pasar una imagen sagrada, cuando oramos por un difunto, nos hacemos la señal de la cruz. La cruz es el símbolo del cristianismo, es la señal de cristiano.
Por eso, cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestro niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
Quienes pretenden quitar el crucifijo argumentan con razones de laicidad. Dicen que si el espacio público es de todos, Dios no debe aparecer por ningún lado, porque en la vida pública en la que hoy nos encontramos hay creyentes y no creyentes, hay cristianos y musulmanes, hay creencias e increencias de todo tipo. Sin embargo, esa laicidad, que tiene que suprimir a Dios para afirmarse a sí misma, es una laicidad sin futuro, es una laicidad que no hace bien al hombre. Es una laicidad que tiene que arrasar toda una historia, unas costumbres, una cultura, que es cristiana en sus raíces y en sus expresiones.
Que el Estado es laico quiere decir que oficialmente no confiesa ninguna religión, pero al mismo tiempo favorece la religión de sus ciudadanos, porque considera la religión como un bien para el hombre, para los ciudadanos a los que sirve. Pero cuando suprime todo signo religioso, adopta una postura directa de ataque a lo religioso, que contradice la sana laicidad. Un Estado verdaderamente laico respeta las creencias y convicciones de sus ciudadanos, las favorece y las apoya siempre, porque la religión es una dimensión fundamental de la persona. Cuando, por el contrario, ataca las convicciones religiosas de sus ciudadanos (sean los que sean), deja de ser un Estado laico para convertirse en un Estado confesionalmente ateo. Porque sólo a los ateos les molesta Dios y los signos religiosos
En España, nos encontramos con una situación de verdadera persecución religiosa solapada, con este y con otros muchos hechos concretos. Es una persecución que recorta la libertad religiosa, particularmente la libertad de los católicos, porque a otras religiones quizá no se atrevan a perseguirlas por lo que pueda pasar. Se está gestando la nueva ley de libertad religiosa. A ver por dónde sale, pero, con estos preámbulos, nos tememos lo peor, sobre todo en el ámbito de la objeción de conciencia.Curiosamente, en estas circunstancias, aparecen testimonios muy elocuentes de católicos coherentes, que respetando todas las leyes, plantan cara a esta persecución solapada, y tienen una eficacia insospechada. Ha sido la postura del alcalde de Baena, que se ha negado a retirar el crucifijo del ayuntamiento que preside, y es la postura de tantas personas que no esconden ni disimulan su condición de católicos convencidos. Es momento de dar la cara. Quizá necesitamos que nos pinchen para reaccionar positivamente. Toma un crucifijo en tus manos, cuélgalo en tu pecho, llévalo siempre contigo. La señal del cristiano es la santa Cruz. Teniendo a Jesucristo, lo tienes todo. No te avergüences nunca de ser discípulo suyo. Con su ayuda y su evangelio, y sólo así, podrás mejorarte a ti mismo y podrás construir un mundo mejor.

martes, 29 de septiembre de 2009

El mundo del revés: ¡Matar es un derecho!

Ha caído en mis manos, a través de un correo electrónico, este artículo publicado en un periódico de Palencia y creo que es bueno que se difunda lo más posible. Es un gran artículo que debería hacer reflexionar a todo el mundo.

Autor: Mons. José Ignacio Munilla Aguirre

El jueves 24, fiesta de la Virgen de la Merced, tuve la gracia de visitar el Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia), donde celebré la Eucaristía con un numeroso grupo de cientos de presos, en honor a su Patrona. Uno de ellos, de nombre Manuel, compartía conmigo la dura experiencia de su vida, en presencia de otros reclusos. No olvidaré su rostro ni sus palabras: “Mire usted, a mí me pasó una cosa muy simple: Empecé por matar a Dios, borrándolo de mi conciencia; para luego continuar agrediendo a mi familia, a mis amigos y a todos los que se cruzaban en mi camino, y ya no me detuve ni ante el respeto debido a la vida misma”.
¡Me sentiría yo mucho más seguro en una nación gobernada por Manuel, que por alguien que sostenga que matar a una criatura en el seno materno, es un “derecho”! ¡Me fío mucho más de quien ha tocado fondo en la vida, por muy bajo que haya caído, y que ha hecho la experiencia humilde del retorno a la sensatez; que de aquel otro que se cree que va a reinventar una nueva civilización, y se muestra seguro en la soberbia de su ideología!
Oídos sordos a la razón
En la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros realizada el sábado, día 26, se ha aprobado el Proyecto de reforma de la Ley del Aborto, en el que se propone una mayor liberalización de este crimen, llegando a la aberración de considerarlo como un “derecho”. Se trata de pasar de la actual “despenalización” de un mal, a su consideración como un bien.
La razón de ser de esta iniciativa es doble: una es la puramente ideológica (tengamos en cuenta que en España ya padecemos, en la práctica, el aborto libre); y, la otra, la tutela de las clínicas abortistas, para que el fraude generalizado que cometen actualmente, pueda tener amparo legal.
¿Qué otras razones podrían esgrimirse para justificar esta decisión política? Es conocido que en España estamos ante un auténtico invierno demográfico, y que el aborto es la principal causa de mortalidad. Más aún, España es el país de la Unión Europea que ha incrementado en los últimos diez años el número de abortos en un mayor porcentaje, con un 126%. A gran distancia le sigue Bélgica con el 36% de aumento y Holanda con un 26%. Mientras que Italia ha disminuido en un 9,71%, Alemania, en un 10,71%, y Polonia ha disminuido un 89,31%.
En consecuencia, no parece que puedan argüirse razones de política demográfica. España necesita urgentemente españoles, y la solución propuesta es… ¿¿otorgar el derecho de eliminarlos?? La única explicación para esta sinrazón es la puesta en práctica de un ideario de ingeniería social, donde el aborto es esgrimido como una bandera del feminismo… Y, sin embargo, cada vez constatamos con más frecuencia que la madre no es sino la segunda víctima del aborto. Más aún…, cuando el feto abortado es de sexo femenino, ¿dónde quedan los derechos feministas de esa “nueva mujer”?
Con la claridad y la transparencia que le caracterizaban, decía la Madre Teresa de Calcuta: “El más grande destructor de la paz es el aborto porque, si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué nos queda a nosotros, matarte a ti y tú matarme a mí? ¡No nos queda más que eso!”. Sus palabras han resultado proféticas, habida cuenta de que el incremento del número de abortos en España, ha ido en paralelo al aumento de los índices de criminalidad, como es el caso de la violencia doméstica.
El peor de los males
Pero no pensemos que el aborto mismo es el peor de los males, por mucho que se trate de la cruel eliminación de vidas inocentes. Todavía hay un mal que podría ser mucho más nefasto: me refiero al hecho de que la liberalización del aborto pudiera tener lugar sin resistencia social alguna; sin que tal noticia tuviese la capacidad de sacarnos de nuestras preocupaciones cotidianas; sin que nuestra conciencia se sintiese conmovida. Si tal cosa sucediese, estaríamos ante la certificación de un mal inconmensurable: la muerte de la conciencia moral individual y colectiva, mucho más funesta que la misma muerte física.
Afortunadamente, tenemos noticia de que cuarenta asociaciones han reaccionado con presteza, convocando una gran manifestación para el día 17 de octubre en Madrid. El lema de la convocatoria es: “Por la Vida, la Mujer y la Maternidad”. La información necesaria podemos encontrarla en
http://cadavidaimporta.org/. Confiamos en que esta iniciativa sea un signo del despertar moral de nuestra sociedad. No es hora de cruzarse de brazos, sino que tenemos el deber de actuar, de “dar la cara” en favor de la vida. ¿Si no lo hiciésemos por esta causa, por qué otra lo habríamos de hacer?

jueves, 17 de septiembre de 2009

Palabras del Papa a los Obispos de Brasil (supongo que servirá para todos)

EL SACERDOTE TIENE UN PAPEL INSUSTITUIBLE CIUDAD DEL VATICANO, 17 SEP 2009 (VIS).-

El Santo Padre recibió este mediodía en Castelgandolfo a los prelados de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (sector Nordeste 2), que acaban de realizar su visita "ad limina":
Hablando de las funciones de los miembros de la Iglesia, el Papa dijo a los obispos que "la identidad específica de los sacerdotes y laicos se entiende en la diversidad esencial entre sacerdocio ministerial y sacerdocio común. Por ese motivo, es necesario evitar la secularización de los sacerdotes y la clericalización de los laicos".
"En esta perspectiva -continuó-, los fieles laicos deben comprometerse en expresar en la realidad, incluso a través del empeño político, la visión antropológica cristiana y la doctrina social de la Iglesia. Los sacerdotes deben sin embargo permanecer alejados de la política, para favorecer la unidad y la comunión de todos los fieles y poder ser así una referencia para todos".
Benedicto XVI señaló que "la carencia de presbíteros no justifica una participación más activa y numerosa de los laicos. En realidad, en la medida en que los fieles sean conscientes de sus responsabilidades en la Iglesia, tanto más resalta la identidad específica y el papel insustituible del sacerdote como pastor de toda la comunidad, como testigo de autenticidad de la fe y dispensador en nombre de Cristo-Cabeza de los misterios de la salvación".
"La función de presbítero es esencial e insustituible para el anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía. (...) Por eso, es urgente pedir al Señor que envíe obreros a su mies; es preciso que los sacerdotes manifiesten la alegría de la fidelidad a la propia identidad con el entusiasmo de la misión".
El Papa subrayó que "la falta de sacerdotes no debe considerarse una situación normal o típica del futuro". En este sentido alentó a los obispos a "unir los esfuerzos para despertar nuevas vocaciones sacerdotales y encontrar a los pastores indispensables para vuestras diócesis, ayudándoos mutuamente para que todos dispongan de presbíteros mejor formados y más numerosos para sustentar la vida de fe y la misión apostólica de los fieles".
Refiriéndose al 150 aniversario de la muerte del santo cura de Ars, que este año se conmemora en la Iglesia con un Año sacerdotal, Benedicto XVI dijo que san Juan María Vianney "sigue siendo un modelo actual para los presbíteros, sobre todo en vivir el celibato como exigencia del don total de sí mismos, expresado por aquella caridad pastoral que el Concilio Vaticano II presenta como centro unificador del ser y del obrar del sacerdote".
El Santo Padre concluyó asegurando a los prelados que "ya se manifiestan numerosos signos de esperanza para el futuro de las Iglesias particulares, un futuro que Dios está preparando a través de la dedicación y de la fidelidad con que ejercéis vuestro ministerio episcopal".
AL/.../BRASIL VIS 090917 (470)

viernes, 4 de septiembre de 2009

Primer Premio

Incluyo a continuación un soneto precioso que me ha dado mi cuñado en este mes pasado y que me impresionó, no sólo por lo bonito, sino por el corazón del que lo escribió, independientemente de que haya tenido un premio, como así es; pero creo que el mayor premio lo tendrá para siempre.
PRIMER PREMIO
TROFEO CARMEN FRADERA.
VIII Concurso Literario de la F.C.E.
Autor: Teniente Coronel Don Emilio Plá, de la VI promoción;
pasó su vida, desde Teniente, en silla de ruedas

HERMANO

A pedazos el cuerpo, el alma entera,
afrontemos con fe nuestro destino.
Dame la soledad de tu camino,
toma la soledad de mi ribera.

Hagamos del amor, razón primera,
del dolor, un ausente peregrino,
de la quietud, un ágil torbellino,
de la entrega, un paisaje sin frontera.

Aleja tu temor, mi mano aprieta
y, juntos, persigamos esa meta
que en el cielo nos muestra sus reflejos.

¡En marcha ya, con paso vacilante
o, a rastras si es preciso. ¡Dios delante!
Vamos lejos, hermano, vamos lejos…