jueves, 24 de febrero de 2011

Carta abierta del Dr. Bernard Nathanson (1992)

Testamento del Dr. Bernard Nathanson
“Soy responsable directo de 75.000 abortos, lo que me empuja a dirigirme al público poseyendo credibilidad sobre la materia.

Fui uno de los fundadores de la Asociación Nacional para Revocar las Leyes sobre el Aborto en los Estados Unidos, en 1968. Entonces una encuesta veraz hubiera establecido el hecho de que la mayoría de los norteamericanos estaban en contra de leyes permisivas sobre el aborto. No obstante, a los 5 años conseguimos que la Corte Suprema legalizara el aborto, en 1973. ¿Como lo conseguimos? Es importante conocer las tácticas que utilizamos, pues con pequeñas diferencias se repitieron con éxito en el mundo Occidental.

Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicación; les convencimos de que la causa proaborto favorecía un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces seríamos derrotados, amañamos los resultados con encuestas inventadas y las publicamos en los medios; según ellas el 60% de los norteamericanos era favorable a la implantación de leyes permisivas de aborto. Fue la táctica de exaltar la propia mentira y así conseguimos un apoyo suficiente, basado en números falsos sobre los abortos ilegales que se producían anualmente en USA. Esta cifra era de 100.000 (cien mil) aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los medios de comunicación fue de 1.000.000 (un millón). Y una mentira lo suficientemente reiterada, la opinión pública la hace verdad.

El número de mujeres que morían anualmente por abortos ilegales oscilaba entre 200 y 250, pero la cifra que continuamente repetían los medios era 10.000 (diez mil), y a pesar de su falsedad fue admitida por muchos norteamericanas convenciéndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre el aborto.

Otro mito que extendimos entre el público, es que el cambio de las leyes solamente implicaría que los abortos que se practicaban ilegalmente, pasarían a ser legales. Pero la verdad es que actualmente, el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en USA. Y el número de anual de abortos se ha incrementado en un 1500%, 15 veces más.

La segunda táctica fundamental fue jugar la carta del anticatolicismo.

Vilipendiamos sistemáticamente a la Iglesia Católica, calificando sus ideas sociales de retrógradas; y atribuimos a sus Jerarquías el papel del "malvado" principal entre los opositores al aborto permisivo. Lo resaltamos incesantemente. Los medios reiteraban que la oposición al aborto procedía de dichas Jerarquías, no del pueblo católico; y una vez más, falsas encuestas "probaban" reiteradamente que la mayoría de los católicos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Y los tambores de los medios persuadieron al pueblo americano de que cualquier oposición al aborto tenía su origen en la Jerarquía Católica y que los católicos proaborto eran los inteligentes y progresistas. El hecho de que grupos cristianos no católicos, y aún ateos, se declarasen pro-vida, fue constantemente silenciado.

La tercera táctica fundamental fue denigrar o ignorar, cualquier evidencia científica de que la vida comienza con la concepción.

Frecuentemente me preguntan que es lo que me hizo cambiar. ¿Cómo pasé de ser un destacado abortista a un abogado pro-vida? En 1973 llegué a ser Director de Obstetricia en un gran Hospital de la ciudad de Nueva York, y tuve que iniciar una unidad de investigación perinatal; era el comienzo de una nueva tecnología que ahora utilizamos diariamente para estudiar el feto en el útero materno. Un típico argumento pro aborto es aducir la imposibilidad de definir cuando comienza el principio de la vida, afirmando que ello es un problema teológico o filosófico, no científico.

Pero la fetología demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección de que gozamos cualquiera de nosotros.

Ud. podría preguntar: ¿Entonces, por qué algunos doctores, conocedores de la fetología, se desacreditan practicando abortos?

Cuestión de aritmética: a 300 dólares cada uno, un millón quinientos cincuenta mil (1.550.000) abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de dólares anualmente. De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto.

Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucción de vidas humanas. Es un acto de mortífera violencia. Debe de reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves y difíciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto de destrucción supone podar la capacidad de recursos de los seres humanos; y, en el orden social, subordinar el bien público a una respuesta utilitarista.

Como científico no creo, yo se y conozco que la vida humana comienza en la concepción. Y aunque no soy de una religión determinada, creo con todo mi corazón que existe una divinidad que nos ordena finalizar para siempre este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad”.

Dr. Bernad Nathanson

domingo, 13 de junio de 2010

Padrenuestro

CONVERSACIÓN CON DIOS

HOMBRE: Padre Nuestro que estás en los cielos
DIOS: Si… Aquí estoy...
HOMBRE: Por favor... no me interrumpa. ¡Estoy orando!
DIOS: ¡Pero tú me llamaste!...
HOMBRE: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy rezando... Padre Nuestro que estás en los cielos...
DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.
HOMBRE: ¿Cómo?
DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre Nuestro que estás en los Cielos. Estoy aquí. ¿En qué puedo ayudarte?
HOMBRE: Pero no quise decir eso. Estoy orando. Oro el Padrenuestro todos los días, me siento bien rezando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.
DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre Nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos? ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos...?
HOMBRE: Es que realmente no había pensado en eso.
DIOS: Pero... prosigue tu oración.
HOMBRE: Santificado sea tu nombre...
DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?
HOMBRE: Quiero decir... quiero decir... lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Sólo eso!
DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.
HOMBRE: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. 'Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo...'
DIOS: ¿Estás hablando en serio?
HOMBRE: ¡Claro! ¿Por qué no?
DIOS: ¿Y qué haces tú para que eso suceda?
HOMBRE: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración, hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.
DIOS: ¿Tengo control sobre ti?
HOMBRE: Bueno... ¡Yo voy a la Iglesia!
DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a Mí?
HOMBRE: Por favor, ¡Para de criticar!
DIOS: Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer... ¿Qué hacer con aquellos que rezan y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad...?
HOMBRE: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues protesto por todo. Si mandas lluvia, pido sol... si mandas sol, me quejo del calor, si mandas frío, continúo protestando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.
DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.
HOMBRE: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo...'el pan nuestro de cada día dánosle hoy'...
DIOS: ¡Para ahí! ¿Me estás pidiendo pan material? No sólo de pan vive el hombre sino también de Mi Palabra. Cuando Me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa...
HOMBRE: 'Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden....'
DIOS: ¿Y tu hermano despreciado?
HOMBRE: ¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.
DIOS: Pero… ¿Y tu oración? ¿Qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de ti! ¿Entiendes?
HOMBRE: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.
DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece... Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.
HOMBRE: ¿Puedes? ¿Pero cómo?
DIOS: Perdona a tu hermano, y Yo te perdonaré a ti y te aliviaré.
HOMBRE: Pero Señor... no puedo perdonarlo.
DIOS: ¡Entonces no me pidas perdón tampoco!
HOMBRE: ¡Estás acertado! Pero solo quería vengarme, quiero la paz Señor.. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor! Muéstrame el camino a seguir.
DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú... ¿Cómo te estás sintiendo?
HOMBRE: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios.
DIOS: Ahora terminemos la oración... prosigue...
HOMBRE: 'No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal...'
DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.
HOMBRE: y ahora... ¿Qué quieres decir con eso?
DIOS: Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.
HOMBRE: ¡No te entiendo!
DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro.
HOMBRE: Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor.
DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.
HOMBRE: ¿Terminar? Ah, sí, 'AMEN!'
DIOS: ¿Y qué quiere decir 'Amén'?
HOMBRE: No lo sé. Es el final de la oración.
DIOS: Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA, estoy de acuerdo con todo lo que oré.
HOMBRE: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.
DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz!
HOMBRE: ¡Gracias Señor! ¡Estoy muy feliz de saber que eres mi amigo!
(Autor desconocido)

lunes, 19 de abril de 2010

Pedofilia

Artículo del Padre Aldo Trento

“Cada día hago frente a situaciones terribles e indescriptibles. A menudo ni siquiera puedo leer los informes de los trabajadores sociales, tan terribles son los actos de violencia sexual sufrida por mis niños.”

Es un sacerdote italiano que desarrolla su labor en Paraguay. Desde allí, contempla con horror lo que está sucediendo estos días y no duda en alzar su voz, firme y sin complejos, frente a la voracidad mediática de los que “viven de comer el excremento de poder”.

Se llama Aldo Trento y su denuncia de cierto periodismo ha sido publicada en Il Foglio bajo un título que no deja lugar a dudas: Contra los que escupen a los sacerdotes.

“La pedofilia parece interesarle más a algunos periodistas y a sus fantasías y alucinaciones que al público: porque me he encontrado a miles de personas, sobre todo jóvenes, y ninguno me ha hecho una pregunta sobre este asunto. Lo que significa que si bien existe este flagelo en el mundo y ha afectado también a la Iglesia, recibiendo la dura, clara y fuerte condena del Santo Padre, aún estamos lejos de aquel fenómeno de masas, como si todos los sacerdotes fuesen pedófilos, como quieren hacernos creer.

Hace 40 años que soy sacerdote, he estado en diversas partes del mundo, he vivido en orfanatos, escuelas, internados para niños, y nunca he visto a un colega culpable de este delito. No solo eso, sino que he vivido con sacerdotes y religiosos que han dado la vida para que estos pequeños también la tengan.

Actualmente vivo en Paraguay. Mi misión abarca todo lo humano en su pobreza, esa humanidad arrojada a la basura desde el sensacionalismo de los medios de comunicación. Durante 20 años he compartido mi vida con prostitutas, homosexuales, travestis, enfermos de SIDA, en las calles, en basureros, en las favelas. Me los he llevado a casa, donde la divina Providencia ha puesto en marcha un hospital. Y en esta ‘antesala del Paraíso’, como lo llaman ellos, los acompaño al Paraíso. Han vivido como perros y mueren como príncipes.

Cerca de la clínica, también la Providencia ha creado dos ‘casas de Belén’, para conmemorar el lugar de nacimiento de Jesús, que acogen a 32 niñas, muchas de ellas violadas por el padrastro o el compañero ocasional de la madre.

Cada día hago frente a situaciones terribles e indescriptibles. A menudo ni siquiera puedo leer los informes de los trabajadores sociales, tan terribles son los actos de violencia sexual sufrida por mis niños. Sin embargo, después de unos meses con nosotros, respiran un aire diferente, ese aire que sólo produce el hecho cristiano y nuestro amor, el de los sacerdotes, contra los que los monstruos del periodismo despotrican. Pablo Neruda tenía razón cuando definió a algunos periodistas ‘que viven de comer el excremento de poder’.

Mi corazón de cura, mientras da la vida por estos inocentes, no puede dejar de darla también, como Jesús, incluso por aquellos de quienes El dijo: ‘Al que escandalice a uno de estos pequeños, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino y le hundan en el mar’.

¿No se preguntan qué sería de este mundo sin este puerto de esperanza segura para todo hombre, incluidos ustedes que en estos días como cuervos feroces se divierten sádicamente escupiendo sobre su Casto Rostro? Vengan al tercer mundo para entender qué quiere decir que miles de sacerdotes y hermanas mueran dando su vida por los niños.

Un día, cuando la vida les pida que le des razón de lo que han hecho, esta Iglesia, esta madre sobre la que han aprendido a escupir, los acogerá, los abrazara, los perdonará. Esta madre, que desde hace 2000 años es escupida, ofendida y acusada, desde hace 2000 años les dice a todos los que lo piden: ‘Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’.

Esta madre, que juzga y condena el pecado e increpa al pecador culpable de algunos horrendos delitos, como la pedofilia, no cierra ni cerrará jamás las puertas de su misericordia a nadie.

No perdamos el tiempo ante los delirios de algunos periodistas que usan ciertos execrables casos de pedofilia para atacar el Acontecimiento cristiano, para poner en discusión la perla del celibato, y miremos a los miles de personas, jóvenes en particular, que buscan, creen y preguntan a la Iglesia el por qué, el sentido último de la vida y que ven en Ella la única respuesta.

Personalmente, estoy más preocupado por la falta de santidad en muchos de nosotros, los sacerdotes, que por otras cosas, por graves y perjudiciales que sean. Me preocupa más una iglesia que se avergüenza de Cristo, en lugar de predicarlo desde los tejados. Me preocupa más no encontrar a los sacerdotes en el confesionario, y que el pecador viva el tormento de su pecado sin encontrar un confesor que le absuelva. A las acusaciones difamatorias en los últimos días urge responder con la santidad de nuestra vida y con una entrega total a Cristo y a los necesitados.

La pedofilia debe responderse como el Papa enseña. Sólo anunciando a Cristo se sale de este estercolero horrible, porque sólo Cristo salva al hombre completo. Si Cristo no es el corazón de la vida, entonces cualquier perversión es posible. La única defensa que tenemos son nuestros ojos enamorados de Cristo. El dolor es enorme, pero la seguridad, granítica: ‘Yo he vencido al mundo’ es infinitamente superior.”

El Padre Aldo Trento es muy conocido en Paraguay, donde su labor goza de un gran prestigio. Don Aldo pertenece a una generación que, durante su juventud, se sintió atraída por el radicalismo izquierdista, hijo de los 60.

En el último Meeting de Rimini ofreció su testimonio:
“A los sesenta y dos años soy un hombre contento, entrando en un cumplimiento que me hace mirar la muerte con serenidad. He acompañado a morir a más de quinientas personas en cuatro años. Todas han muerto con una sonrisa en los labios. Me he convertido en padre de decenas de niños que no tienen a nadie y me llaman papá: «Papá, ¿cuándo vuelves?, ¿por qué te vas?». Los acuesto por la noche, los levanto por la mañana y los acompaño al colegio.”
“Cada día hago frente a situaciones terribles e indescriptibles. A menudo ni siquiera puedo leer los informes de los trabajadores sociales, tan terribles son los actos de violencia sexual sufrida por mis niños.”

Es un sacerdote italiano que desarrolla su labor en Paraguay. Desde allí, contempla con horror lo que está sucediendo estos días y no duda en alzar su voz, firme y sin complejos, frente a la voracidad mediática de los que “viven de comer el excremento de poder”.

Se llama Aldo Trento y su denuncia de cierto periodismo ha sido publicada en Il Foglio bajo un título que no deja lugar a dudas: Contra los que escupen a los sacerdotes.

“La pedofilia parece interesarle más a algunos periodistas y a sus fantasías y alucinaciones que al público: porque me he encontrado a miles de personas, sobre todo jóvenes, y ninguno me ha hecho una pregunta sobre este asunto. Lo que significa que si bien existe este flagelo en el mundo y ha afectado también a la Iglesia, recibiendo la dura, clara y fuerte condena del Santo Padre, aún estamos lejos de aquel fenómeno de masas, como si todos los sacerdotes fuesen pedófilos, como quieren hacernos creer.

Hace 40 años que soy sacerdote, he estado en diversas partes del mundo, he vivido en orfanatos, escuelas, internados para niños, y nunca he visto a un colega culpable de este delito. No solo eso, sino que he vivido con sacerdotes y religiosos que han dado la vida para que estos pequeños también la tengan.

Actualmente vivo en Paraguay. Mi misión abarca todo lo humano en su pobreza, esa humanidad arrojada a la basura desde el sensacionalismo de los medios de comunicación. Durante 20 años he compartido mi vida con prostitutas, homosexuales, travestis, enfermos de SIDA, en las calles, en basureros, en las favelas. Me los he llevado a casa, donde la divina Providencia ha puesto en marcha un hospital. Y en esta ‘antesala del Paraíso’, como lo llaman ellos, los acompaño al Paraíso. Han vivido como perros y mueren como príncipes.

Cerca de la clínica, también la Providencia ha creado dos ‘casas de Belén’, para conmemorar el lugar de nacimiento de Jesús, que acogen a 32 niñas, muchas de ellas violadas por el padrastro o el compañero ocasional de la madre.

Cada día hago frente a situaciones terribles e indescriptibles. A menudo ni siquiera puedo leer los informes de los trabajadores sociales, tan terribles son los actos de violencia sexual sufrida por mis niños. Sin embargo, después de unos meses con nosotros, respiran un aire diferente, ese aire que sólo produce el hecho cristiano y nuestro amor, el de los sacerdotes, contra los que los monstruos del periodismo despotrican. Pablo Neruda tenía razón cuando definió a algunos periodistas ‘que viven de comer el excremento de poder’.

Mi corazón de cura, mientras da la vida por estos inocentes, no puede dejar de darla también, como Jesús, incluso por aquellos de quienes El dijo: ‘Al que escandalice a uno de estos pequeños, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino y le hundan en el mar’.

¿No se preguntan qué sería de este mundo sin este puerto de esperanza segura para todo hombre, incluidos ustedes que en estos días como cuervos feroces se divierten sádicamente escupiendo sobre su Casto Rostro? Vengan al tercer mundo para entender qué quiere decir que miles de sacerdotes y hermanas mueran dando su vida por los niños.

Un día, cuando la vida les pida que le des razón de lo que han hecho, esta Iglesia, esta madre sobre la que han aprendido a escupir, los acogerá, los abrazara, los perdonará. Esta madre, que desde hace 2000 años es escupida, ofendida y acusada, desde hace 2000 años les dice a todos los que lo piden: ‘Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’.

Esta madre, que juzga y condena el pecado e increpa al pecador culpable de algunos horrendos delitos, como la pedofilia, no cierra ni cerrará jamás las puertas de su misericordia a nadie.

No perdamos el tiempo ante los delirios de algunos periodistas que usan ciertos execrables casos de pedofilia para atacar el Acontecimiento cristiano, para poner en discusión la perla del celibato, y miremos a los miles de personas, jóvenes en particular, que buscan, creen y preguntan a la Iglesia el por qué, el sentido último de la vida y que ven en Ella la única respuesta.

Personalmente, estoy más preocupado por la falta de santidad en muchos de nosotros, los sacerdotes, que por otras cosas, por graves y perjudiciales que sean. Me preocupa más una iglesia que se avergüenza de Cristo, en lugar de predicarlo desde los tejados. Me preocupa más no encontrar a los sacerdotes en el confesionario, y que el pecador viva el tormento de su pecado sin encontrar un confesor que le absuelva. A las acusaciones difamatorias en los últimos días urge responder con la santidad de nuestra vida y con una entrega total a Cristo y a los necesitados.

La pedofilia debe responderse como el Papa enseña. Sólo anunciando a Cristo se sale de este estercolero horrible, porque sólo Cristo salva al hombre completo. Si Cristo no es el corazón de la vida, entonces cualquier perversión es posible. La única defensa que tenemos son nuestros ojos enamorados de Cristo. El dolor es enorme, pero la seguridad, granítica: ‘Yo he vencido al mundo’ es infinitamente superior.”

El Padre Aldo Trento es muy conocido en Paraguay, donde su labor goza de un gran prestigio. Don Aldo pertenece a una generación que, durante su juventud, se sintió atraída por el radicalismo izquierdista, hijo de los 60.

En el último Meeting de Rimini ofreció su testimonio:
“A los sesenta y dos años soy un hombre contento, entrando en un cumplimiento que me hace mirar la muerte con serenidad. He acompañado a morir a más de quinientas personas en cuatro años. Todas han muerto con una sonrisa en los labios. Me he convertido en padre de decenas de niños que no tienen a nadie y me llaman papá: «Papá, ¿cuándo vuelves?, ¿por qué te vas?». Los acuesto por la noche, los levanto por la mañana y los acompaño al colegio.”

lunes, 5 de abril de 2010

Jueves Santo

Vídeo de algunos Monumentos al Santísimo el Jueves Santo día 1 de Abril, en Las Palmas de Gran Canaria

domingo, 28 de marzo de 2010

jueves, 25 de marzo de 2010

Derecho a la Vida

¿Se permite en un pleno en nuestro país algo así?

lunes, 15 de marzo de 2010

Carta abierta a José Bono

Acabo de recibir por correo electrónico este artículo que me ha parecido perfecto y cuya carta podría ser enviada a muchos políticos. A ver si alguno la lee, aunque supongo que no les interesa, lo mismo que al Señor Bono.

De monseñor José Gea Escolano, obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol

Estimado señor Bono:

Hace ya algún tiempo tuve el gusto de responderle a unas alusiones sobre mí que hizo en una televisión. Por las declaraciones que acaba de hacer, veo que sigue en la misma línea de entonces. Por lo que vuelvo a insistir en mi línea con una carta medio abierta, medio artículo.

Dice Ud. que «la opinión de quienes prefieren verme fuera de la Iglesia, excomulgado, condenado por herejía o ateo militante, la verdad es que no me interesa». No creo que a nadie nos interese verle excluido de la Iglesia; al contrario, pero es Ud. mismo quien se excluye.

Da la sensación de que se vincula a una iglesia que no existe. Dice que «gracias a Dios, la Iglesia es muy amplia, muy universal y muy grande». Y lo es, señor Bono, pero recuerde también que es una. No olvide que en el credo de la misa decimos: «Creo en la Santa Iglesia que es una...». Y tampoco olvide que es el credo que se proclama en la Iglesia de Roma desde los primeros siglos y que seguimos proclamando sin interrupción hasta nuestros días, sin añadir ni quitar una coma. Y en algunos actos importantes decimos: «Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar...». Supongo que también usted se gloriará de profesarla si se siente católico. No olvide que la Iglesia, además de universal, es muy grande, tiene una fe única, no una fe a la carta, que es por donde me parece que va yendo usted.

También dice: «Yo aspiro a que me dejen vivir en una Iglesia en la que el mandamiento principal sea el del amor, el del perdón, el de la fraternidad, y no el del miedo». Anda, pues yo también. Pero ¿a qué miedo se refiere? ¿Miedo a que la Iglesia proclame su fe con toda claridad? Es eso lo que incomoda a mucha gente. No incomodan determinados cardenales u obispos ni el propio Papa cuando proclaman con toda claridad la fe y la moral de la Iglesia. Lo que pasa es que hay quienes, por ejemplo Ud. mismo, quieren compaginar la fe y la moral de la Iglesia con el aborto, la eutanasia, las relaciones prematrimoniales, el matrimonio homosexual...

¿Qué quieren? ¿Que la Iglesia cambie de opinión en cuestiones de fe y de moral? Por poca formación cristiana que Ud. tenga, comprenderá que la Iglesia no puede hacerlo. Y si le niega la comunión sacramental, no es que la Iglesia lo aparte, sino que es Ud. quien se ha apartado. Porque lo admita o no, Sr. Bono, Ud. se ha situado fuera de la comunión eclesial. No comulga con la doctrina de la Iglesia y ¿qué quiere? ¿recibir el sacramento de la eucaristía, símbolo de la unión?

Sea serio. Porque ¿sabe bien lo que ha hecho, Sr. Bono? Contribuir con su voto a que se asesine a miles de seres humanos.. La Iglesia califica el aborto como «crimen abominable». ¿Y quiere comulgar sin arrepentirse públicamente? Sea serio, Sr. Bono, sea serio. Y no olvide que en el pecado va la penitencia; ya lo verá.

Dice Ud. por último: «Me emociona más el ejemplo de cristianos solidarios que entregan su vida por los demás que el discurso mitinero y radical de quien sólo busca votos». Y a mí también. En cuanto a votos, a mí no me interesan. A Ud. es posible que sí. No juegue con la fe.

Y acabo con unas palabras de San Pablo: «Me maravillo de que, abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio - no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -. Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como lo tenemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema!» (Gál. 1,6-9).

Es el mismo apóstol que escribe las cálidas palabras del himno a la caridad en Corintios 13, que sé que le gustan mucho. Mire, Sr. Bono, una de dos, o Ud. admite que abortar voluntariamente es siempre inmoral, o si no lo admite, se sitúa frontalmente en contra de la enseñanza de la Iglesia. Esto no es cuestión de miedos ni de opresión de la jerarquía ni de afán de dominio sobre nadie. Es proclamar con claridad el mandamiento de «no matarás». Porque el aborto es un asesinato ¿no?

Con todo afecto,

José Gea

jueves, 10 de diciembre de 2009

Otra vez contra los crucifijos

¿Vamos a renegar de todo lo bueno de nuestra civilización?
por Mons. Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de Pamplona

Quieren quitar los crucifijos de las escuelas, de todos los centros concertados, aunque sean católicos. El gobierno necesita los votos de la extrema izquierda y éstos le ponen su precio. El PSOE pasa por todo con tal de seguir mandando.

El gran argumento es: el Estado español es laico y en donde se paga con dinero público no tiene que haber ningún signo religioso. Muy contundente, pero falso.

El Estado paga para que los ciudadanos puedan vivir de acuerdo con sus conciencias. Eso es lo que dice la Constitución. Los gobernantes no pueden imponer sus opiniones aprovechándose del dinero público. El dinero no es del Estado, es de los ciudadanos y para los ciudadanos. Los espacios públicos no son del Estado, son de los ciudadanos y tienen que reflejar los gustos y los deseos de los ciudadanos, no los de los gobernantes.

Los padres católicos no deben permitir que se quiten los crucifijos ni de los centros concertados ni de los públicos. Los centros públicos no son del Estado, son de los ciudadanos, los pagan los ciudadanos y tienen que responder a los deseos de los ciudadanos. Y si los alumnos son de varias religiones, lo justo es que cada grupo pueda poner sus signos, con paz, con respeto, con verdadera tolerancia y convivencia. Eso es lo civilizado, lo democrático, lo razonable. Lo otro es revanchismo, incultura, persecución cultural.

¿Por qué la voluntad de uno que no quiere el crucifijo se ha de imponer sobre la voluntad de muchos que sí lo queremos? Esto sin entrar a analizar lo que el crucifijo significa. Ante todo es un símbolo religioso de primera categoría, significa el amor y el perdón de Dios, la esperanza de la salvación, la unidad y la paz para todos los pueblos. ¿A quién le puede molestar? Son ganas de fastidiar. A mí no me molesta ver la media luna donde haya un grupo de devotos musulmanes. Por otra parte el crucifijo es el símbolo básico de la religión cristiana de la que ha nacido en gran parte la cultura europea, el conocimiento de la dignidad suprema de la persona humana, el concepto de libertad y de responsabilidad, la igualdad básica de varón y mujer, la estabilidad y fidelidad de la familia, la unidad de la humanidad y la igualdad de todos los pueblos, la esperanza de una historia abierta y progresista, la dignidad del trabajo humano, los valores morales de occidente, el perdón, la misericordia, el amor y la convivencia, la mayor parte del arte europeo, la pintura, la arquitectura, la música y tantas cosas más.

¿Vamos a renegar de todo lo que ha creado el cristianismo en la historia y en la vida de Europa y de España? Corrijamos los errores, de acuerdo, pero no destruyamos nuestra civilización.

Si nuestro gobierno termina aceptando e imponiendo esa consigna extranjera y sectaria –que se lo pensará–, manifestaría una increíble inmadurez cultural y una alarmante falta de patriotismo serio y profundo. Detrás de todo esto hay una negación del Cristianismo, una negación de la religión en general, y en el caso concreto de España un suicidio cultural e histórico.

Un pueblo que reniega de su historia no puede durar. Si en nuestra sociedad no nacen hijos y ahora negamos nuestra cultura y nuestra historia, tenemos los días contados. Esto tiene que cambiar. Alguien tiene que levantar otra bandera.

martes, 17 de noviembre de 2009

La otra juventud

Una de mis hermanas tiene adoptado un chico paralítico cerebral. Ya es todo un hombre y se desenvuelve muy bien, dentro de sus limitaciones. Hoy, haciendo limpieza de papeles, me he tropezado con un artículo que escribió ella hace ya algunos años y que me impresionó. Creo que vale la pena escribirlo aquí:

LA OTRA JUVENTUD

¡Si yo supiera escribir...!

¡Si yo supiera plasmar en una cuartilla lo que el corazón siente...! Como en la prensa, hablaría de la juventud; pero no de la de las litronas, la "ruta del bacalao", la violencia o el racismo; no, yo no hablaría de ellos, tampoco de los del porro o el "pico", a ellos ya les conceden demasiados espacios. Yo hablaría de "la otra juventud". Esa de la que casi nadie habla, a la que muy pocos conocen...

Son chicos y chicas corrientes, de esos que nos cruzamos todos los días por la calle. Jóvenes alegres, que estudian y se divierten, pero que un día descubrieron algo. Descubrieron que hay otra forma de vivir, que hay otros muchachos como ellos pero que necesitan su ayuda y con generosidad les ofrecieron su amistad, su tiempo, su alegría y simpatía, su talento.

Acabo de leer un libro en el que un muchacho minusválido se decía: "¿Quién se va a interesar por alguien que no puede andar?". Hace poco más de un año, pensando en mi hijo, hubiera estado de acuerdo. Hoy no. Hoy sé que hay quien se interesa por los que pueden menos, por los que no pueden andar.

Hay una juventud que ha encontrado un norte en su vida, un porqué, un sentido. Han descubierto nuevos horizontes y con entusiasmo han emprendido la "ruta de la esperanza"

A su lado y de su mano, chicos y chicas, minusválidos, sí, pero con capacidad y ansias de ser felices y de superación, han visto "amanecer".

Hace sólo unos días, alguien que veía a estos voluntarios y voluntarias que se disponían a hacer pasar unas horas divertidas a nuestros hijos, decía: "No lo comprendo, no puedo comprender cómo pudiendo tener un día de descanso, pudiendo estar en la playa, hacen esto. Parece mentira que existan hoy jóvenes así".

Pues sí, existen, aunque los medios de comunicación lo silencien para, a cambio, mostrarnos siempre la cara negativa de nuestra juventud.

Deseo que estas torpes líneas sean un homenaje, un himno de agradecimiento para ese grupo de voluntarios, voluntarias, ("Amencer" y "Cruz Roja") y objetores de conciencia que día a día trabajan para que nuestros hijos sean más felices.

¡Gracias! ¡Gracias, a todos, de corazón!

Y no puedo dejar de expresar asimismo mi más hondo agradecimiento a quien ha sabido encontrar en esos jóvenes tanto bueno como hay en ellos.

martes, 13 de octubre de 2009

ABORTO: ¿HACIA DÓNDE DEBEMOS MIRAR?

¿HACIA DÓNDE DEBEMOS MIRAR? PROYECTO DE LEY DEL ABORTO
Artículo publicado por Don Francisco Cases Andreu (Obispo de Canarias)


Siempre miro la Fiesta de la Virgen del Pino, nuestra Patrona, como la jornada del inicio del curso, y pongo en manos de la Madre todos los esfuerzos, las esperanzas y también las dificultades de todos los diocesanos. En la homilía de la Eucaristía de este año en Teror me fijé en las palabras de María al cantar su gozo como respuesta al saludo de su pariente Isabel: “El Señor, el poderoso, ha mirado la pequeñez de su esclava”. Es una explosión de alegría por sentir que el Señor, que ama gratuitamente, ha puesto sus ojos en ella, pequeña, insignificante en la sociedad de su tiempo y de su pueblo. El poderoso ha puesto su mirada allí donde nadie mira, ha considerado a quien nadie tiene en consideración. En mi reflexión sobre este tema invitaba a todos a seguir las huellas de Dios que María nos muestra, mirando hacia donde Dios mira; poniendo nuestros ojos en los pequeños y en los débiles. La grandeza y el poder de los mayores y fuertes se acreditan y se legitiman en la capacidad de fijarnos en los que no cuentan para nadie, en los que no tienen ningún peso social. Sigo pensando en estas sencillas ideas al repasar el Proyecto de Ley del Aborto que ha llegado al Parlamento de la Nación, y al releer la Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española del pasado 17 de Junio , cuya lectura y estudio a todos aconsejo. ¿Hacia dónde se dirige la mirada de quienes proponen y de quienes han de discutir este Proyecto de Ley? ¿Hacia dónde se pretende orientar la mirada de quienes formamos esta nuestra sociedad? Hoy se considera de mal gusto y hasta como un chantaje emocional el mostrar imágenes que pongan de manifiesto la violencia de un aborto. Y lo mismo pasa con el lenguaje, se endulzan las palabras y se usan nuevos términos que disfrazan la realidad para que la atención no se dirija donde debe dirigirse, para que todo parezca neutro y aséptico. Y se convierten los deseos en derechos, y se transforma y cambia la realidad porque -se dice- ‘se ha llegado a un consenso social suficiente’. Y no se mira a la parte más débil y desprotegida, y se la abandona en su debilidad y en su desprotección. El ser humano que puede nacer no es digno de que lo tengamos en cuenta, se puede eliminar con tal que se cumplan unas determinadas condiciones. Y se habla de la prevalencia del derecho de autodeterminación de la mujer, su madre, en vez de ayudarle y ofrecerle el apoyo social y estatal necesario para evitar que también ella se convierta en víctima del aborto. ¿Hacia dónde debemos orientar nuestra atención? ¿Hacia dónde se han de volver nuestros ojos? Hemos de contribuir a formar, a reconstruir una cultura del respeto y amor a la vida, pensando y defendiendo obviamente a quienes la tienen en peligro, y a las madres que necesitan la protección social para que no aborten, y a los jóvenes que precisan una formación, y no el mero aprendizaje del control del riesgo de embarazo o de enfermedad. Son muchos hoy los que están y se manifiestan a favor de la vida, y tienen todo su derecho a decirlo en alta voz, a poner su palabra en el espacio público para contribuir a defender a la parte más débil y para ayudar a reconstruir la civilización de la vida. En Madrid, el próximo sábado 17 de Octubre, se celebrará una manifestación que aglutina a muchas asociaciones y personas que están en esta onda. Desde nuestras Islas muchos no podrán hacerse presentes por la distancia. Invito a quienes lo deseen a participar en la Eucaristía que presidiré en la Santa Iglesia Catedral de Santa Ana a las 7 de la tarde de esa misma tarde del próximo sábado 17 de Octubre. Nuestra manifestación será acción de gracias por el don de la vida y súplica para que sepamos amarla, respetarla y defenderla siempre.


+ Francisco, Obispo

ESTO HAY QUE PARARLO: ES MUCHO LO QUE NOS JUGAMOS

Esto es más serio de lo que parece

Al estipular el aborto como derecho consagrado por ley, lo que el gobierno pretende es convertir a España en un estado constitutiva y activamente abortista. Pasamos del accidente a la esencia. Y esto es insufrible. Un estado esencialmente abortista hace a todos sus ciudadanos, en cuanto contribuyentes, cómplices en la barbarie.
José Pérez Adán
Profesor de Sociología. Universidad de Valencia
De aprobarse la ley del aborto propuesta por el gobierno se produciría un cambio sustancial en nuestra convivencia. Para darnos una idea, un cambio más importante del que seguiría a la independencia de Galicia si se diese, por ejemplo. Simplemente dejaríamos de ser lo que somos.
Vamos a ver si nos damos cuenta. Lo que se ventila con la nueva ley del aborto es de tal calado que supone una rotura con los presupuestos sobre los que se ha edificado nuestro presente y con los que hasta ahora se atisbaba que se podría construir el futuro. A la fecha hemos tenido en España gobiernos más o menos abortistas, leyes más o menos saludables, pero dentro de un marco en el que se podía sufrir la injusticia.
La ley de plazos vigente en sí misma (otra cosa es la aplicación que se ha hecho) no atenta contra la obediencia debida de toda la ciudadanía. Pero lo que viene ahora es muy distinto. Al estipular el aborto como derecho consagrado por ley, lo que el gobierno pretende es convertir a España en un estado constitutiva y activamente abortista. Pasamos del accidente a la esencia. Y esto es insufrible. Un estado esencialmente abortista hace a todos sus ciudadanos, en cuanto contribuyentes, cómplices en la barbarie. Ya no dependerá de la aplicación de la ley. Ya no se podrá aspirar a que, como en Navarra durante muchos años, no se hagan abortos a pesar de los supuestos despenalizados. Estamos ante un nuevo orden que priva al ciudadano común y corriente de la esperanza de la justicia. Si la nueva ley sale adelante al ciudadano moral solo le quedarán dos opciones de coherencia legítimas: objetar del estado o irse. ¿Se ha debatido sobre esto? ¿Hemos sido informados? ¿Nos damos cuenta de lo que nos jugamos? Algún ingenuo podrá pensar que no es para tanto: que nuestros gobernantes son tolerantes y que se respetará la objeción y las creencias y que realmente el estado seguirá teniendo, como hasta ahora, solo una circunstancial implicación en la conculcación del derecho a la vida. Que si uno no quiere contribuir al crimen del aborto podrá no hacerlo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Cada uno tiene su misión

El Helecho y el Bambú (Un bonito cuento reflexión para determinados momentos de nuestra vida)

Un día decidí darme por vencido. Renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi espiritualidad. Quería renunciar a mi vida.
Fui al bosque para tener una última charla con Dios.
"Dios", le dije. "¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?" Su respuesta me sorprendió. "Mira a tu alrededor", me dijo:
"¿Ves el helecho y el bambú?"
"Sí", respondí.
"Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció.
Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú.
Pero no renuncié al bambú." Dijo Él. "En el tercer año, tampoco brotó nada de la semilla de bambú. Pero no renuncié", me dijo.
"En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. "No renuncié", dijo.
"Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra.
En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después, el bambú creció a más de 100 pies de altura.
Se había pasado cinco años echando raíces.
Aquellas raíces le hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
"No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar"
Y me dijo:
"¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?"
"No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. No te compares con otros", me dijo. "El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso".
"Tu tiempo llegará" me dijo Dios: "¡Crecerás muy alto!"
"¿Cuánto debo crecer?" Pregunté.
"¿Cuánto crecerá el bambú?" Me preguntó en respuesta.
"¿Tan alto como pueda?" Indagué.

Espero que estas palabras puedan ayudarte a entender que Dios nunca renunciará a ti.
Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia.

Ambos son esenciales para la vida. Continúa:

La felicidad te mantiene DULCE,
Los intentos te mantienen FUERTE,
Las penas te mantienen HUMANO,
Las caídas te mantienen HUMILDE,
El éxito te mantiene BRILLANTE.
Pero sólo Dios te mantiene Caminando...

miércoles, 30 de septiembre de 2009

El crucifijo

El crucifijo

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona

TARAZONA, sábado, 12 septiembre 2009 (
ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha escrito monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, con el título "El crucifijo".

Cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestros niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
El 14 de septiembre celebra la Iglesia la fiesta de la santa Cruz. "La señal del cristiano es la santa Cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo para redimir a todos los hombres", dice el catecismo de la Iglesia. La cruz inicia y corona todas las obras cristianas, la cruz corona nuestros templos, preside nuestra mesa de estudio, la llevamos colgada en el pecho. Al entrar en un templo, cuando vemos pasar una imagen sagrada, cuando oramos por un difunto, nos hacemos la señal de la cruz. La cruz es el símbolo del cristianismo, es la señal de cristiano.
Por eso, cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestro niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
Quienes pretenden quitar el crucifijo argumentan con razones de laicidad. Dicen que si el espacio público es de todos, Dios no debe aparecer por ningún lado, porque en la vida pública en la que hoy nos encontramos hay creyentes y no creyentes, hay cristianos y musulmanes, hay creencias e increencias de todo tipo. Sin embargo, esa laicidad, que tiene que suprimir a Dios para afirmarse a sí misma, es una laicidad sin futuro, es una laicidad que no hace bien al hombre. Es una laicidad que tiene que arrasar toda una historia, unas costumbres, una cultura, que es cristiana en sus raíces y en sus expresiones.
Que el Estado es laico quiere decir que oficialmente no confiesa ninguna religión, pero al mismo tiempo favorece la religión de sus ciudadanos, porque considera la religión como un bien para el hombre, para los ciudadanos a los que sirve. Pero cuando suprime todo signo religioso, adopta una postura directa de ataque a lo religioso, que contradice la sana laicidad. Un Estado verdaderamente laico respeta las creencias y convicciones de sus ciudadanos, las favorece y las apoya siempre, porque la religión es una dimensión fundamental de la persona. Cuando, por el contrario, ataca las convicciones religiosas de sus ciudadanos (sean los que sean), deja de ser un Estado laico para convertirse en un Estado confesionalmente ateo. Porque sólo a los ateos les molesta Dios y los signos religiosos
En España, nos encontramos con una situación de verdadera persecución religiosa solapada, con este y con otros muchos hechos concretos. Es una persecución que recorta la libertad religiosa, particularmente la libertad de los católicos, porque a otras religiones quizá no se atrevan a perseguirlas por lo que pueda pasar. Se está gestando la nueva ley de libertad religiosa. A ver por dónde sale, pero, con estos preámbulos, nos tememos lo peor, sobre todo en el ámbito de la objeción de conciencia.Curiosamente, en estas circunstancias, aparecen testimonios muy elocuentes de católicos coherentes, que respetando todas las leyes, plantan cara a esta persecución solapada, y tienen una eficacia insospechada. Ha sido la postura del alcalde de Baena, que se ha negado a retirar el crucifijo del ayuntamiento que preside, y es la postura de tantas personas que no esconden ni disimulan su condición de católicos convencidos. Es momento de dar la cara. Quizá necesitamos que nos pinchen para reaccionar positivamente. Toma un crucifijo en tus manos, cuélgalo en tu pecho, llévalo siempre contigo. La señal del cristiano es la santa Cruz. Teniendo a Jesucristo, lo tienes todo. No te avergüences nunca de ser discípulo suyo. Con su ayuda y su evangelio, y sólo así, podrás mejorarte a ti mismo y podrás construir un mundo mejor.

martes, 29 de septiembre de 2009

El mundo del revés: ¡Matar es un derecho!

Ha caído en mis manos, a través de un correo electrónico, este artículo publicado en un periódico de Palencia y creo que es bueno que se difunda lo más posible. Es un gran artículo que debería hacer reflexionar a todo el mundo.

Autor: Mons. José Ignacio Munilla Aguirre

El jueves 24, fiesta de la Virgen de la Merced, tuve la gracia de visitar el Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia), donde celebré la Eucaristía con un numeroso grupo de cientos de presos, en honor a su Patrona. Uno de ellos, de nombre Manuel, compartía conmigo la dura experiencia de su vida, en presencia de otros reclusos. No olvidaré su rostro ni sus palabras: “Mire usted, a mí me pasó una cosa muy simple: Empecé por matar a Dios, borrándolo de mi conciencia; para luego continuar agrediendo a mi familia, a mis amigos y a todos los que se cruzaban en mi camino, y ya no me detuve ni ante el respeto debido a la vida misma”.
¡Me sentiría yo mucho más seguro en una nación gobernada por Manuel, que por alguien que sostenga que matar a una criatura en el seno materno, es un “derecho”! ¡Me fío mucho más de quien ha tocado fondo en la vida, por muy bajo que haya caído, y que ha hecho la experiencia humilde del retorno a la sensatez; que de aquel otro que se cree que va a reinventar una nueva civilización, y se muestra seguro en la soberbia de su ideología!
Oídos sordos a la razón
En la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros realizada el sábado, día 26, se ha aprobado el Proyecto de reforma de la Ley del Aborto, en el que se propone una mayor liberalización de este crimen, llegando a la aberración de considerarlo como un “derecho”. Se trata de pasar de la actual “despenalización” de un mal, a su consideración como un bien.
La razón de ser de esta iniciativa es doble: una es la puramente ideológica (tengamos en cuenta que en España ya padecemos, en la práctica, el aborto libre); y, la otra, la tutela de las clínicas abortistas, para que el fraude generalizado que cometen actualmente, pueda tener amparo legal.
¿Qué otras razones podrían esgrimirse para justificar esta decisión política? Es conocido que en España estamos ante un auténtico invierno demográfico, y que el aborto es la principal causa de mortalidad. Más aún, España es el país de la Unión Europea que ha incrementado en los últimos diez años el número de abortos en un mayor porcentaje, con un 126%. A gran distancia le sigue Bélgica con el 36% de aumento y Holanda con un 26%. Mientras que Italia ha disminuido en un 9,71%, Alemania, en un 10,71%, y Polonia ha disminuido un 89,31%.
En consecuencia, no parece que puedan argüirse razones de política demográfica. España necesita urgentemente españoles, y la solución propuesta es… ¿¿otorgar el derecho de eliminarlos?? La única explicación para esta sinrazón es la puesta en práctica de un ideario de ingeniería social, donde el aborto es esgrimido como una bandera del feminismo… Y, sin embargo, cada vez constatamos con más frecuencia que la madre no es sino la segunda víctima del aborto. Más aún…, cuando el feto abortado es de sexo femenino, ¿dónde quedan los derechos feministas de esa “nueva mujer”?
Con la claridad y la transparencia que le caracterizaban, decía la Madre Teresa de Calcuta: “El más grande destructor de la paz es el aborto porque, si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué nos queda a nosotros, matarte a ti y tú matarme a mí? ¡No nos queda más que eso!”. Sus palabras han resultado proféticas, habida cuenta de que el incremento del número de abortos en España, ha ido en paralelo al aumento de los índices de criminalidad, como es el caso de la violencia doméstica.
El peor de los males
Pero no pensemos que el aborto mismo es el peor de los males, por mucho que se trate de la cruel eliminación de vidas inocentes. Todavía hay un mal que podría ser mucho más nefasto: me refiero al hecho de que la liberalización del aborto pudiera tener lugar sin resistencia social alguna; sin que tal noticia tuviese la capacidad de sacarnos de nuestras preocupaciones cotidianas; sin que nuestra conciencia se sintiese conmovida. Si tal cosa sucediese, estaríamos ante la certificación de un mal inconmensurable: la muerte de la conciencia moral individual y colectiva, mucho más funesta que la misma muerte física.
Afortunadamente, tenemos noticia de que cuarenta asociaciones han reaccionado con presteza, convocando una gran manifestación para el día 17 de octubre en Madrid. El lema de la convocatoria es: “Por la Vida, la Mujer y la Maternidad”. La información necesaria podemos encontrarla en
http://cadavidaimporta.org/. Confiamos en que esta iniciativa sea un signo del despertar moral de nuestra sociedad. No es hora de cruzarse de brazos, sino que tenemos el deber de actuar, de “dar la cara” en favor de la vida. ¿Si no lo hiciésemos por esta causa, por qué otra lo habríamos de hacer?

jueves, 17 de septiembre de 2009

Palabras del Papa a los Obispos de Brasil (supongo que servirá para todos)

EL SACERDOTE TIENE UN PAPEL INSUSTITUIBLE CIUDAD DEL VATICANO, 17 SEP 2009 (VIS).-

El Santo Padre recibió este mediodía en Castelgandolfo a los prelados de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (sector Nordeste 2), que acaban de realizar su visita "ad limina":
Hablando de las funciones de los miembros de la Iglesia, el Papa dijo a los obispos que "la identidad específica de los sacerdotes y laicos se entiende en la diversidad esencial entre sacerdocio ministerial y sacerdocio común. Por ese motivo, es necesario evitar la secularización de los sacerdotes y la clericalización de los laicos".
"En esta perspectiva -continuó-, los fieles laicos deben comprometerse en expresar en la realidad, incluso a través del empeño político, la visión antropológica cristiana y la doctrina social de la Iglesia. Los sacerdotes deben sin embargo permanecer alejados de la política, para favorecer la unidad y la comunión de todos los fieles y poder ser así una referencia para todos".
Benedicto XVI señaló que "la carencia de presbíteros no justifica una participación más activa y numerosa de los laicos. En realidad, en la medida en que los fieles sean conscientes de sus responsabilidades en la Iglesia, tanto más resalta la identidad específica y el papel insustituible del sacerdote como pastor de toda la comunidad, como testigo de autenticidad de la fe y dispensador en nombre de Cristo-Cabeza de los misterios de la salvación".
"La función de presbítero es esencial e insustituible para el anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía. (...) Por eso, es urgente pedir al Señor que envíe obreros a su mies; es preciso que los sacerdotes manifiesten la alegría de la fidelidad a la propia identidad con el entusiasmo de la misión".
El Papa subrayó que "la falta de sacerdotes no debe considerarse una situación normal o típica del futuro". En este sentido alentó a los obispos a "unir los esfuerzos para despertar nuevas vocaciones sacerdotales y encontrar a los pastores indispensables para vuestras diócesis, ayudándoos mutuamente para que todos dispongan de presbíteros mejor formados y más numerosos para sustentar la vida de fe y la misión apostólica de los fieles".
Refiriéndose al 150 aniversario de la muerte del santo cura de Ars, que este año se conmemora en la Iglesia con un Año sacerdotal, Benedicto XVI dijo que san Juan María Vianney "sigue siendo un modelo actual para los presbíteros, sobre todo en vivir el celibato como exigencia del don total de sí mismos, expresado por aquella caridad pastoral que el Concilio Vaticano II presenta como centro unificador del ser y del obrar del sacerdote".
El Santo Padre concluyó asegurando a los prelados que "ya se manifiestan numerosos signos de esperanza para el futuro de las Iglesias particulares, un futuro que Dios está preparando a través de la dedicación y de la fidelidad con que ejercéis vuestro ministerio episcopal".
AL/.../BRASIL VIS 090917 (470)

viernes, 4 de septiembre de 2009

Primer Premio

Incluyo a continuación un soneto precioso que me ha dado mi cuñado en este mes pasado y que me impresionó, no sólo por lo bonito, sino por el corazón del que lo escribió, independientemente de que haya tenido un premio, como así es; pero creo que el mayor premio lo tendrá para siempre.
PRIMER PREMIO
TROFEO CARMEN FRADERA.
VIII Concurso Literario de la F.C.E.
Autor: Teniente Coronel Don Emilio Plá, de la VI promoción;
pasó su vida, desde Teniente, en silla de ruedas

HERMANO

A pedazos el cuerpo, el alma entera,
afrontemos con fe nuestro destino.
Dame la soledad de tu camino,
toma la soledad de mi ribera.

Hagamos del amor, razón primera,
del dolor, un ausente peregrino,
de la quietud, un ágil torbellino,
de la entrega, un paisaje sin frontera.

Aleja tu temor, mi mano aprieta
y, juntos, persigamos esa meta
que en el cielo nos muestra sus reflejos.

¡En marcha ya, con paso vacilante
o, a rastras si es preciso. ¡Dios delante!
Vamos lejos, hermano, vamos lejos…

lunes, 20 de julio de 2009

Sobre el Examen de Conciencia

He recibido este artículo de Zenit.org y me parece muy interesante y conveniente para refrescar nuestro interior:
El examen de conciencia - Por monseñor Rafael Sandoval Sandoval M.N.M., obispo de Tarahumara
MÉXICO, sábado, 18 de julio de (
ZENIT.org-El Observador).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor Rafael Sandoval Sandoval M.N.M., obispo de Tarahumara, sobre el examen de conciencia. * * *
1. "VIGILAD Y ORAD"
Jesús me dice que hay que discernir cada día. Pero para hacerlo no hay recetas. Los santos nos dicen lo que a ellos les sirvió, pero la receta la necesitamos hacer cada uno y cada día.
"Vigilar y orar" es ver qué está pasando dentro y fuera de nosotros. Este mundo cambia, y nosotros también cambiamos de sentimientos. Ver es una actitud permanente y de alerta. No podemos instalarnos.
Hay que estar todos los días mirando los signos de los tiempos, lo que sucede en el mundo, lo que pasa en la Iglesia, la propia historia, las mociones interiores, etc. Para eso necesitamos tener espacios diarios.
Pero hay que saber que la seguridad no está en nosotros mismos, sino en Él. Hay que estar siempre abiertos para ver qué nos está diciendo Dios, y dispuestos a cambiar nuestros modos de pensar. Hay que ver la realidad con los ojos de la fe.
2. EL EXAMEN DE CONCIENCIA
Existe un instrumento magnífico que nos ayuda a ser seguidores de Jesucristo: es el tradicionalmente llamado "examen de conciencia particular". Es muy sencillo y, por desgracia, poco practicado.
Tal instrumento es importante para todo cristiano, pero especialmente para el agente de pastoral, para el seglar, para el religioso y para el sacerdote. ¡Cuántos conflictos internos y externos desaparecerían si lo practicáramos! Frecuentemente lo aprecian más algunos psicólogos que los mismos creyentes. Si el psicólogo es creyente, lo aprovechará mucho. Pero no se necesita ser muy sabio para poderlo practicar. Lo puede hacer cualquier persona que quiera tener la vida en sus manos.
¿Por qué no se practica? Entre las muchas razones hay dos que subrayo aquí: la primera es porque lo reducimos a algo contable de fallas. Hacerlo de esta manera nos llevaría a caer en el miedo y en el escrúpulo. La segunda es porque nos quedamos en un análisis psicológico que poco tiene que ver con la fe.
3. ¿QUÉ ES EL EXAMEN?
El examen particular es una atención suave y afectiva del corazón. Es un ponerme delante del Señor para platicarle qué pasó en el día que acaba de terminar. Por eso es conveniente hacerlo antes de dormir.
Es un momento de comunicación con Dios; un encuentro y un diálogo con Él; algo así como dice el salmo: "Como están los ojos fijos en las manos de su señor, así están mis ojos fijos en el Señor" (Salmo 122, 2).
De lo que se trata es de ver por dónde y cómo está pasando el Señor en mi vida. Para eso se necesita mucho afecto. Cuando se ama a alguien, se le contempla y se ven los contenidos de su presencia, de su voz, de su paso; hasta se contempla a qué huele.
Se trata de tener una actitud constante de buscar la voluntad de Dios por un contacto ininterrumpido con Él. Esto me hará ver si estoy de lado de Dios, y me mantendrá en buena tonalidad. Así podré tener mi vida en mis manos. En pocas palabras: el examen es una especie de evaluación que me ayuda a tener mi vida bajo mi control.
Consiste en contemplar los impulsos que vienen del Señor. Estos impulsos son movimientos interiores por los que Dios me habla. Cada impulso espiritual consta de dos elementos: una frase ("no tengas miedo") y un sentimiento (paz, claridad). Si sé contemplar cada impulso, entonces tendré lo que se llama un "estado espiritual". Este último consiste en la huella o afecto que quedó después de haber tenido los impulsos.
El examen de conciencia consiste en examinar los impulsos espirituales que Dios me concedió en el día. Tal examen ya es oración, y junta la historia y las mociones interiores. Ahí se une la oración y la vida.
Alguien puede decir que no siente nada, pero eso no es verdad. Sólo los muertos no sienten. Siempre estamos sintiendo algo. Incluso cuando no sentimos nada, pues ese "nada" ya es algo, y se llama "sequedad". También ese "nada" hay que examinarlo para ver qué me dice el Señor.
4. ¿POR QUÉ ES BUENO HACER EL EXAMEN?
Porque así vamos aprendiendo a estar con Dios y platicarle lo que pasó en el día. De esta forma vamos contemplando lo que contemplamos. Es un contemplarme contemplándolo a Él.
Si lo hacemos diariamente, nos iremos dando cuenta del lugar central que Dios va ocupando en nuestra vida. El examen es como un puente entre la oración y la vida.
Además, nos hace más libres. Nos ayuda a tener "libertad interior". De esta forma nos iremos dando cuenta de que ya no nos importa tanto el "qué dirán", sino el "cómo estoy delante del Señor".
Son las cosas pequeñas las que más descuidamos. Estas "cosas pequeñas" son las que ni nos ponen del lado del mal, pero tampoco nos dejan poner del todo del lado del bien.
Nos daremos cuenta de lo que Dios nos está dando, pero también iremos tomando consciencia de los propios defectos. Pero hay que hacerlo con paz y sin culpabilidad enfermiza.
A veces pasamos muy distraídos en el día, y así vamos dañando a los demás con palabras y acciones sin darnos cuenta. Con frecuencia somos duros y bruscos sin percibirlo.
Si lo practicamos, iremos notando que nuestro existir va adquiriendo más calidad. Además, tiene un grande valor terapéutico o curativo, pues así vamos analizando los sentimientos (angustia, miedo, alegría, etc.).
Así vamos viendo cómo está trabajando Dios en mí y vamos viendo cómo está pasando.
5. UN MODO DE HACERLO
1) DAR GRACIAS A DIOS
Consiste en que le dé gracias a Dios por los dones de mi vida. ¿De qué le quiero dar gracias hoy a Dios?
2) PEDIR LUZ Y ACEPTAR
Le pido luz para conocerlo, y gracia para aceptarlo como está pasando. Luz para ver la vida, y gracia para aceptarla. Así, vida y Presencia me irán volviendo contemplativo.
Por ejemplo: ¿En qué personas vi al Señor ese día? ¿En qué circunstancias o acontecimientos lo vi? ¿Lo vi en la lluvia, en el frío, en el calor, en...? Lo que importa es la Presencia del Señor.
3) EXAMINAR
Ahora examino la vida, y miro si entró el Señor. Hago el énfasis en su Presencia. No me centro en mi mismo, sino en el Señor. No se trata de ver si prediqué bonito, si fue bueno el curso que tomé o si hice bien mi trabajo. Las siguientes preguntas pueden servir: ¿El Señor pasó? ¿Le impedí que pasara? ¿Qué le impidió?
4) CONVERSAR
Ahora le platico sobre lo que examiné. Si vi su Presencia a través del día, le doy gracias. Si no lo vis, le digo: "dispénsame".
Ese platicar ha de ser tranquilo, como cuando estoy con un amigo: "Oye, pero qué difícil fue verte en esa persona tan habladora; en esa persona tan difícil...". Ahí puedo expresarle mis disgustos o mis frustraciones. Puedo preguntarle: ¿Qué buscas con todo esto?
5) HACER ACUERDOS
Los acuerdos no son propósitos. Si hago propósitos, seguro que no los voy a cumplir. Lo mejor es que le diga: "Dime qué, y ayúdame para que sea para agradarte a Ti".

sábado, 4 de julio de 2009